Disfrutando de una delicioso mate junto al agua

Mi Historia Personal Con Yerba Mate: De La niñez, a la escuela secundaria a la universidad a la vida

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¿Qué puedo decir sobre Mate? Mucho.

¿Qué puedo decir del mate, de la yerba, en relación a mi vida? Mucho… Lo primero es que llegó algo tarde, quiero decir: en mi casa, en donde viví cuando era niño, no se tomaba mate. Recuerdo una anécdota: trabajaba allí una empleada que había vivido en otra provincia, y tomaba mate ella sola; cuando cumplí 10 años me preguntó qué quería de regalo, y le dije, casi sin pensarlo: “un mate.” Tal era la curiosidad que me generaba al verla tomar todos los días en algún momento de descanso. Y así tuve mi primer calabaza, con el rostro de un gaucho, y su correspondiente bombilla. Pero…poco duró el entusiasmo: solo hasta que la misma persona que me lo regaló se riera de mí al verme hervir el agua en una pava, tal como lo hacían mis padres para prepararse té ó café…

Disfrutando de una delicioso mate junto al agua
Disfrutando de una delicioso mate junto al agua

No fue hasta varios años después, cuando cambié de escuela secundaria, que se hizo un hábito, y no lo dejé más. En esa escuela,donde pasábamos mañana y tarde, en los recreos -entre ellos uno que duraba una hora, después del almuerzo allí mismo-, en campamentos, en algunas clases especiales y durante otras actividades, casi siempre tomábamos mate, de la manera que sea: a veces sabroso, a veces lavado (como le llamamos cuando luego de mucho cebar: la yerba pierde gusto, y es solo agua caliente con algunos palillos flotando, con el tipo de yerba que usamos en Argentina).

Luego en años de la universidad, compartí hora de estudio con un compañero uruguayo, de quien aprendí varias cuestiones sobre técnica del cebado: colocación de la yerba, volcado del agua, uso del termo. Cuestiones que creo hacen bastante a que el mate tenga un buen sabor y duración.

Yerba mate es perfecto para los dos tiempos de trabajo duro y relajación
Yerba mate es perfecto para los dos tiempos de trabajo duro y relajación

Mi fiel compañero

Hoy el mate me acompaña diariamente, en mi casa, en el trabajo, en reuniones, en familia, con amigos. Lo prefiero amargo, y si es posible en mates de calabaza (porongos), preferentemente de boca ancha; aunque también tengo mates de madera, de cerámica, y hasta de metal, vidrio y plástico.

Lo tomo todos los días, fundamentalmente en mi trabajo. También muchas veces en mi casa, y cuando voy conduciendo en auto es una compañía indispensable para mantenerme despierto (obviamente dependiendo de que lo cebe mi acompañante). Si salgo de viaje, llevo siempre mi termo, un mate con bombilla y yerba. Si el viaje es al extranjero, más aún: he llevado mi equipo a Brasil, Perú, México, España, Francia, Cuba, República Dominicana, Chile.

Mi colección de amigos
Mi colección de amigos

Mi historia personal con yerba mate

En los últimos años, por contactos profesionales que he tenido con gente de provincias del Nordeste de Argentina y de Paraguay -sitios muy calurosos por cierto-, he comenzado a beber tereré: el famoso mate helado, sobre todo en días de mucho calor ó cuando viajo a zonas de altas temperaturas. Esta infusión también tiene varias maneras de prepararlo (con jugo natural exprimido -de limón, pomelo ó naranja-, con jugos en polvo disueltos, con aguas saborizadas), y personalmente prefiero la que utilizan los paraguayos: agua bien helada, con mucho hielo, y yerba compuesta, es decir: aquella que además de la yerba mate contiene agregados de otras hierbas (por ejemplo: poleo, menta, cedrón, tomillo).

Tengo una colección de mates: alrededor de veinte, que pueden utilizarse; y otros tantos que se fueron deteriorando por razones de uso con el paso del tiempo, y que están de adorno en el living de mi casa.

Esta es mi personal historia con el mate, que pienso seguir escribiendo muchos años más…

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